Los créditos en línea suponen una forma rápida y sencilla de resolver un problema económico puntual o un gasto imprevisto.

A diferencia de los créditos personales tradicionales, donde teníamos que desplazarnos físicamente al banco para solicitarlos, y tardaban varios días en darnos respuesta, en los créditos personales online tenemos la contestación en tan solo unos minutos, y el dinero en unas 24 horas.

¡Descubre con nuestra guía de los créditos en línea todos los secretos para solicitar el tuyo con total garantía!

LOS CRÉDITOS EN LÍNEA: FUENTE DE DINERO RÁPIDO

Cuando decidimos solicitar un crédito hipotecario, normalmente el motivo principal es la adquisición de una vivienda. Los créditos personales son adecuados para otro tipo de compras, como puede ser un automóvil, muebles para nuestra casa, etc.

Sin embargo, en algunas ocasiones tenemos una necesidad de dinero rápido en metálico, que no tiene por qué corresponder con ninguna compra. No se trata de adquirir algo concreto, sino más bien hacer frente al pago de una factura médica, una reparación del automóvil, la compra de un regalo, unas vacaciones…
Incluso, podemos pedir dinero para pagos y compras diversos.

Es decir, los créditos en línea son una forma de pedir dinero, no de financiar una compra.

GASTOS DE PEQUEÑA CUANTÍA E IMPREVISTOS

Los créditos en línea en realidad están pensados para que paguemos facturas o gastos imprevistos. Por ello, son de baja cuantía (no suelen superar los 6000 dólares), y no necesitan apenas garantías ni burocracia.

Es decir, nos responden muy rápido si nos los conceden o no, y cuando se aceptan, el dinero nos llega en un día.

LA GUÍA DEFINITIVA

Bueno, pues ya hemos visto cómo funcionan los créditos en línea, así que ahora vamos a ver rápidamente cómo podemos elegir las mejores opciones que encontraremos por internet.

Lo primero que vamos a hacer es seguir los pasos siguientes:

  1. TIPO DE PRÉSTAMO QUE NECESITAMOS

    Antes de ponernos a bucear entre cientos de páginas web donde nos ofrecen distintos préstamos online, hemos de hacernos la pregunta más importante para poder comenzar: “¿Qué tipo de préstamo necesito?”

    Al comienzo vimos que existen préstamos hipotecarios (para inmuebles), créditos personales tradicionales (para compras de cierta envergadura, como la de un automóvil) y créditos en línea (para recibir dinero en bajas cantidades).

    Así que, si tu interés para solicitar un préstamo es:

    – Porque me voy a comprar con ese dinero una vivienda.
    – Para comprar un automóvil.
    – Quiero el dinero para montar un negocio.
    – Quiero un préstamo para amueblar toda la casa.

    Posiblemente, necesitarás ir a un banco físico y presentarles la documentación que te pidan.

    Sin embargo, si necesitas el dinero para:

    – Pagar una factura médica, o un tratamiento dental, etc.
    – Hacer frente a un pago extraordinario, como una reparación en casa.
    – Arreglar el vehículo.
    – Irte de vacaciones unos días a un resort.
    – Pagar la matrícula de un curso.
    – Comprar algo para luego revenderlo.

    Entonces los créditos en línea son la mejor opción.

  2. ¿QUEREMOS EL DINERO RÁPIDAMENTE?

    Una vez que hemos respondido a la pregunta del punto 1, hemos de pensar muy bien si necesitamos el dinero muy rápido, es decir, en un día aproximadamente.

    Ten en cuenta que, por lo general, el disponer del dinero más rápido también hará que paguemos mayor interés en la devolución del mismo.

    También tendremos que pensar en cuánto tiempo lo vamos a devolver.

    Normalmente, los préstamos online te ofrecen la opción de devolverlos en cuotas o plazos que van desde unos días a uno o dos años. Cuanto más tardes en devolver el dinero, más intereses te cobrarán.

  3. CONSEGUIR LAS MEJORES CONDICIONES

    Este es el paso más complejo de todos. En internet te vas a encontrar muchas páginas web que ofrecen distintos productos y paquetes, por lo que conseguir el mejor crédito en línea puede ser todo un reto.

    Básicamente, vamos a fijarnos detenidamente en los siguientes puntos antes de elegir:

    Intereses: Este es el punto principal, ya que los intereses son el dinero que hay que pagar de más por haber solicitado un crédito. Es decir, si pides $1000, tendrás que devolver esos $1000 más los intereses cobrados. Los intereses pueden alcanzar el doble de la cantidad pedida, o incluso más. Cada prestamista cobra unos intereses distintos, también relacionados con las prestaciones que necesites en el crédito (por ejemplo, a más tiempo de devolución, más altos son los intereses).

    Condiciones de devolución: Son el conjunto de condiciones o términos de tu contrato de préstamo, y son diferentes según la empresa prestamista que te lo ofrezca. Hay que leer las condiciones con detenimiento, porque a veces pueden esconder sorpresas desagradables. Fíjate bien en la penalización que pueden aplicar si te demoras en el pago de una cuota, o también en cómo se hace el pago de las cuotas (si por ingreso en ventanilla, transferencia, etc.). A veces, un buen interés puede esconder unas condiciones muy severas.

    Prestigio del prestamista: Hay que tener en cuenta que cuando solicitamos un crédito en línea, pondremos a disposición de un desconocido muchos datos personales que se podrían utilizar para suplantar nuestra identidad o realizar actos delictivos. Antes de dar el paso, comprueba que la empresa que hay detrás de la web es fiable y existe realmente. Lee sus políticas de privacidad y contacta con ellos por su chat en directo o llamada telefónica.

    Burocracia: Por lo general, los préstamos online necesitan muy pocos documentos para tramitarse. Desconfía si te piden demasiados papeles, o que firmes documentos muy complejos e incomprensibles.

  4. SEGURIDAD ANTE TODO

    Una vez que hemos seleccionado unas pocas páginas web con los créditos en línea que más nos interesen, hemos de tener cuidado, no sea que nos engañen. Para evitarlo, fíjate en los siguientes puntos:

    Desconfía de lo que parece “demasiado bueno”: Huye de proposiciones que no tienen mucho sentido, como intereses muy bajos (o incluso inexistentes), condiciones excesivamente favorables (como que si no puedes devolver una cuota no pasa nada), etc.

    Siempre debe haber una atención al cliente adecuada: Exige siempre que el servicio de atención al cliente te atienda rápida y eficazmente. Para comprobarlo, antes de contratar el crédito prueba a llamarles o chatear en directo.

    Los datos de la empresa prestataria deben estar bien publicados: Debes saber exactamente con quién estás haciendo un trato: su sede social, dirección, teléfono de contacto, etc.

    Lee detenidamente el contrato de crédito antes de firmarlo: Aunque te parezca complicado, léelo completamente y si tienes alguna duda, contacta con el prestamista.

    CONCLUSIÓN

    En esta sencilla guía hemos visto los secretos más importantes para conseguir créditos en línea que sean seguros y adecuados a nuestras necesidades.

    La forma de solicitarlos es muy sencilla, y tan solo requiere de nuestros datos personales y algunos extras, como puede ser dónde trabajamos o algún teléfono de alguien que pueda verificar que somos pagadores.

    Por supuesto, recuerda que antes de pedir tu crédito tienes capacidad para devolverlo a tiempo.

    ¡Adelante, solicita ya el tuyo!